Desde los primeros años del Virreinato las casas tuvieron balcones, primero abiertos y luego cerrados. Estos últimos en un inicio, tenían celosías (entramados de madera) que protegían la mirada de quienes observaban la vida en las calles desde estas cajas suspendidas de las fachadas de las casas.
Además de su diversidad tanto de ubicación como de dimensión, hay que agregar que en ellos es posible reconocer los estilos arquitectónicos que dominaron la ciudad en diferentes épocas: existen los austeros renacentistas, los abigarrados barrocos, los gráciles rococó y los sobrios neoclásicos, que acogieron el vidrio y llegaron a la época republicana, hasta que por razones de seguridad fueran prohibidos a fines del siglo XIX. Estos balcones conforman nuestro patrimonio cultural y debemos conservarlos, no como elementos aislados, sino como componentes de la escena urbana y de las edificaciones que los poseen.
(leer más en el suplemento ENLACE de El Comercio).
Arq. Rodrigo Córdova Alemán
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1 comentario:
Arq. Córdova, agradezco haya hecho mención de los Balcones Limeños en este Blog, tengo una debilidad particular en estudiarlo, desde que estuve en la facu de arquitectura, mas de 30 años. Veo con mucha pena que no se hace demasiado por su restauración, por internet ví varios ejemplos de balcones aislados, pero no conozco si hay alguna protección en particular, sea por el reglamento de zonificación u otro dispositivo legal especial, si acaso se puede acceder a algún estudio técnico de restauración de estos bellísimos balcones. Desde la Argentina estoy recopilando estudios que puedan ser difundidos de nuestra cultura peruana, o aportar los míos relacionados a la gestión por la defensa del patrimonio o técnicos diversos. ¿Ud podría orientarme en este tema? de yá muy agradecido.
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