viernes, 21 de agosto de 2009

Determinaciones para recuperar Luren

[El Comercio, 13 de agosto de 2009]


El tiempo que toma recuperarse de los terremotos y sus efectos sobre nuestra cotidianeidad ha sido siempre preocupación de los habitantes de las zonas sísmicas. Los habitantes de Lima después del terremoto de 1746 especulaban que tardarían 250 años en recuperarse. El historiador español P.E. Pérez-Mallaina Bueno en su libro del 2001, explica cómo es que las autoridades virreinales y eclesiásticas fueron, valga la redundancia, autoritariamente eficaces y el proceso de reconstrucción tomó 50 años.

A dos años del terremoto de Ica y áreas aledañas que afectó seriamente los monumentos histórico religiosos de dicha región ya hay recursos económicos para su recuperación recolectados por la Campaña Compartir, una Teletón e incluso por los hermanos Herrera Soto en el show “Bailando por un Sueño”. El Comercio también nos ha informado el 13 de agosto pasado que aún no determinan si el Santuario del Señor de Luren -símbolo de la Región Ica, desde 1943- será reconstruido o rehabilitado; es decir, restaurado para su conservación, por que así lo recomiendan los especialistas que han estudiado sus estructuras. Esta decisión recae sobre monseñor Héctor Vera Colona como obispo de Ica. El restaurar para conservar hasta ahora ha estado condicionado por el hecho que el 15 de agosto del 2007 cuando comenzó el sismo en los templos se celebraban misas y en su interior murieron 153 personas. En total fueron 537 muertos.

El INC retiró de oficio -y con premura- la condición de monumento histórico a recintos eclesiásticos y/o edificaciones civiles, y su demolición fue inmediata. El Santuario del Señor de Luren –inexplicablemente- no fue demolido porque la maquinaria tuvo que ser destinada a atender los derrumbes causados por la crecida de los ríos debido a las lluvias en la sierra, en el verano del 2008. Así, la feligresía encontró tiempo para organizarse como “Iqueños por Luren” con el propósito de restaurar el templo construido por sus antepasados luego que un incendio -en 1918- redujera a cenizas el recinto eclesiástico colonial que albergaba la devoción popular a esta imagen del Cristo Crucificado.

El referido terremoto pareciera habernos regresado al siglo XVIII ya que la jerarquía eclesiástica, el INC y la feligresía todavía no logran trabajar conjuntamente con una comunicación fluida y transparente, dado que la Santa Sede y el Perú son estado parte de UNESCO y así lo recomiendan sus normas internacionales. La conservación y restauración de los no demolidos importante Santuario de Luren y los significativos templos del Señor de la Agonía en Pisco y San Pedro de Coayllo, éste último edificado por Santo Toribio de Mogrovejo (1538-1606), será posible si entendemos que conservar aquí significa una cuidadosa preservación y protección durante las transformaciones que siguen al terremoto. Restaurar y recuperar -en amplia acepción- es dar continuidad al pasado inmediato. Reconstruir implica demoler para tener un nuevo comienzo.

La opción es conservar -propongo pragmáticamente- porque al Perú le va muy bien como destino turístico al usar su pasado hispano andino como recurso turístico, las complejas consideraciones de fondo que sustentan esta decisión son tarea pendiente.


Mariana Mould de Pease
Historiadora

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