domingo, 30 de noviembre de 2008

Las cartas que a continuación reproducimos han aparecido el sábado 29 de noviembre del 2008 -respectivamente- en SOMOS revista sabatina de El Comercio y en la página a 6 de dicho diario.

En la primera el arquitecto Juan de Orellana, de ICOMOS Perú, toca dos temas cuyos antecedentes deben ser tenidos en cuenta.


En el caso de las construcciones ilegales autorizadas por el ex-alcalde de Barranco, Martín Del Pomar; están los precedentes de las demoliciones que ya se llevan a cabo en las costas españolas para restaurar y devolver en la medida de lo posible a su estado natural. Ello no significa que Barranquito debe volver a ser un terral, como interepta SOMOS; se trata de recuperar el uso público de las playas siguiendo pautas de conservación natural internacionales.

La referencia del arquitecto de Orellana a las demoliciones de recintos religiosos en Ica luego del terremoto del 15 de agosto del 2007 y la respuesta de SOMOS afirmando que esta publicación se ha opuesto a la destrucción del Santuario de Luren (1136) nos lleva a recordar que en cualquier momento dicho recinto religioso puede ser demolido ya que el Congreso de la República ni el INC le han devuelto su condición de monumento histórico y lo que es más grave en las actuales circunstancias puede ser intervenido de manera empírica por seudo restauradores. Asimismo, porque aparentemente Luren será restaurado ¿ya no debemos preocuparnos por la reconstrucción de la Capilla del Socorro, de la Tinguiña, de San Clemente, de la Compañía Pisco, de San Pedro de Coayllo en Lima? y, que pasará con la Catedral de Ica?

En el caso de la carta en defensa de la libertad de expresión en Miraflores no solidarizamos con la señora Fina Chávez Herrera. Además, instamos a El Comerio a hacer el indispensable seguimiento mediático para que la Municipalidad de Miraflores esclarezca a la brevedad posible ¿por qué hubo un derrumbe -que mató a un obrero- en un edificio que tenía licencia de construcción?.

Mariana Mould de Pease, vicepresidenta de ICOMOS Perú

viernes, 14 de noviembre de 2008

LA QUINA, LA QUINUA Y EL ESCUDO

Un asunto de Defensa Nacional


¿Qué el INC confunda Quina con Quinua…?

El día martes 11 de noviembre de 2008 el INC difundió por internet una noticia sin el cuidado de rectificarla debidamente. Creemos que es una de las obligaciones del INC (no sólo deberes, porque hay, como ahora, quién exija que cumpla con lo que debe) corregir lo que, en el ámbito de la cultura, en este caso del patrimonio cultural y material de la nación, se difunde erróneamente, en este preciso caso, de dos productos patrimoniales: la Quina y la Quinua, divulgando, además, un maltrato a uno de los símbolos patrios: el escudo, ya bastante desconocidos en sus características propias.. Se trata, sin dudas, de un caso de Defensa Nacional. Sobre todo si, estando en nuestro escudo, compartimos el patrimonio con otros países vecinos.

El árbol es de la Quina, Cinchona pubescens (familia: rubiáceas), de donde se extrajo la quinina, para combatir las infecciones y la malaria. Y se llamó Cinchona, porque su uso fue difundida por la Condesa de Chinchón, Doña Francisca Henríquez de Ribera, quien fue curada de la malaria con la corteza de este árbol en 1629 y Linneo le puso el nombre de Cinchona officinalis, a un árbol que crece en la zona norte del Perú y en Ecuador.

No obstante, la especie que era endémica en nuestro medio, y que actualmente está en peligro de extinción es la Cinchona pubescens Vahl, llamada así por Vahl, un botánico, por la pubescencia de sus flores y Cinchona, sobre la base del nombre vulgar de "Cascarita" o "Cascarilla" de la Condesa de Chinchón (o Cascarilla de los Jesuitas porque quien la envió a la corte vaticana fue el jesuita italiano Agustino Salumbrino, a través del también jesuita Alonso Messia Venegas). Existen otras especies como la C. calisaya; la C. ledgeriana y la C. succiruba o “quina roja”.

Su sabor amargo sirve es base de ciertos saborizantes como el “Agua Tónica” y el “Amargo de Angostura”, porque se fabricó, por primera vez en la Angostura del Orinoco (Venezuela, donde hay otras variedades).
Son árboles de textura tupida, granulado fino y algo copiosos, cuya altura se encuentra en el rango de 10m a 25m. Sus hojas ovaladas tienen un color verde oliva brillante por el envés y verde más claro opaco y vellosas en el envés, son opuestas. Florea en racimos con flores de pétalos vellosos de color blanco a rojo almagre. Crece en la sierra baja, no más de los 2700msnm.

Las propiedades curativas de esta planta se encuentran en la corteza y sus agentes activos son la quinina, la chinchonina, la quinidina y la chichinidina, que son febrífugas (antipiréticas), combaten la anemia, porque abre el apetito, y los males hepáticos.

La Quina, nuestra Quina o Cinchona pubescens no sólo es patrimonio de la nación sino que es parte de un símbolo patrio, ya que en 1825 los congresistas José Gregorio Paredes y Francisco Javier Cortés diseñaron un escudo en el que se incluyó, muy al estilo Ilustrado, la riqueza peruana en los tres reinos naturales.

La QUINUA (o QUINOA, como le dicen en Europa) es un pseudocereal (llamado así en la disciplina de los nutricionistas) muy alimenticio rico en proteínas vegetales extraído del arbusto Chenopodium quinoa, de la familia de las Quenopodiáceas (a la que también pertenece la Kañiwa: Chenopodium pallidicaule) no es una gramínea, perdiendo, por eso y pese a ser un grano, la cualidad de cereal. Crece en la sierra alta (entre los 2500msnm y los 4000msnm). Al igual que la quina, la quinua no es exclusiva del Perú, extendiéndose su cultivo a Bolivia, Ecuador y Argentina, también.

A continuación reproducimos lo difundido irresponsablemente en la web por el INC:

Martes, 11 de Noviembre de 2008 Reforestarán con árbol de la quinua.- LA PRIMERA Se indica que “pese a ser uno de los emblemas del escudo nacional, el árbol de la quinua es desconocido para casi el 90% de los peruanos”. “Esta especie será reforestada será reforestada en el país por el Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena)”. “El objetivo es que luego de iniciada la reforestación, se impulse un estudio”, sostuvo el gerente general de esta institución, Francisco Palomino, quien se quejó de la difícil situación que atraviesa la quinua, considerada milagrosa en la época de la Colonia.

... Si así va a ser el Ministerio de Cultura...y con este personal y directivos…

Pero la misma responsabilidad la tienen los periodistas, quienes escriben lo mismo, y citamos una noticia del diario CORREO del jueves 13 de noviembre de 2008: “Autoridades plantan arbolitos” = Pasco. En el marco de la Semana Forestal y l fiesta de la guardianía de la madre tierra, diversas autoridades plantaron 2 mil arbolitos de quinua y molle en varios asentamientos humanos del distrito de Yanacocha. =”

(El italizado es nuestro). Nos preguntamos ¿Dónde está el editor?


Esto se difunde en Internet como símbolo patrio- escudo por el MINDEF:
¿Es el árbol de la quina, parecido a una palmera?

En cambio, el siguiente es el escudo según el portal del Estado Peruano con el árbol de la quina más cercano a la realidad:

Arq. Juan de Orellana
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martes, 11 de noviembre de 2008

viernes, 7 de noviembre de 2008

La Casa Cuneo (Lambayeque)


Lambayeque fue un pueblo que se privilegió con el éxodo de familias adineradas de la ciudad de Zaña, insegura por las constantes inundaciones. Para el siglo XIX, el lugar era pequeño y rico, pleno en casonas coloniales y republicanas entre las que destaca la casa Montjoy o de la logia, con su balcón de sesenta y tres metros y su albergar a los próceres que proclamaron la independencia del país por primera vez, en 1820.

De igual o mayor importancia histórica y estética es la casona Cuneo, una de las edificaciones coloniales –cuyo número, por cierto, puede contarse con los dedos de una mano- que ha sobrevivido, hasta el momento, a tantos fenómenos naturales y humanos, puesto que ha sido maltratada por parte de sus poseedores, que carecen de recursos, y desdeñada por los que la conocemos, que somos testigos de su deterioro sin inmutarnos, como quien ve accidentarse a una persona y no corre en su ayuda.

Nuestra insensibilidad parece corresponder inversamente al valor histórico de la construcción: como resalta un pequeño panfleto que ha comenzado a circular entre los lambayecanos motivándolos a tomar acciones concretas, allí, el 31 de diciembre de 1820, se redactó la segunda Acta de Independencia del país –ratificada por los que conformaban “el pueblo bajo”-, y se izó la bandera diseñada por don José de San Martín.

En el último año, la situación de la casona se ha vuelto crítica: ya sus interiores habían sido destinados a guardar pavos y otros animales de corral cuando sus dueños la consideraron inhabitable, pero ahora su fachada, la corona de esta joya, única en el Perú por su estilo mestizo que detenta torrecillas de iglesia y una concha en el medio, se está desgajando como capas de cebolla, y se teme que termine de hacerlo en pocos meses.

La respuesta del Estado a esta situación ha sido terminante y esperable: a su alrededor se ha colocado tiras amarillas que indican peligro para que pueda caer en paz, sin herir a nadie, pero el evitar que nos hiramos todos por su pérdida no está siquiera en cuestión. ¿Ha de ser la nuestra también la indiferencia? Como peruanos que valoramos la belleza, sobre todo la arquitectónica, ¿vamos a ser tan o más indiferentes que los funcionarios estatales, porque, a pesar de amarla, no hemos de hacer nada al respecto?

Romina Gatti
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